Analía Forti es Licenciada en Ciencias para la Familia, consultora psicológica con enfoque logoterapéutico, psicóloga social y mediadora familiar. En sus escritos reflexiona sobre la cotidianeidad de las personas, el vinculo con las emociones y las formas de afrontar la vida.

En diálogo con LU9 Radio Mar del Plata, la escritora, ensayista, conferencista e investigadora en temáticas de familia, reflexionó sobre los límites en la niñez: "Hace unos días me escribieron algunas maestras de salitas de dos y tres diciendo no tenemos manera de controlar a los chicos".

Al respecto, dijo que "claramente es una realidad instalada, a los papás les cuesta muy afrontarlo, les incomoda y se enoja. Porque se siente juzgado cuando lo que tratamos es de prevenir un problema mayor porque si esto sigue avanzando, ellos van a realmente perder todo tipo de autoridad sobre sus hijos".

Ante esta situación, "el problema es que los chicos dejan de tener ese sostén que los límite y el respaldo de la presencia de los padres provee. Entonces en lugar de sentirme conmocionados, hay que ir realizando un aprendizaje a medida que va desarrollando el rol".

De modo que "la existencia de los límites establecidos a tiempo con amorosidad y simpleza, que esa es la autoridad, es un factor protector para los hijos porque el límite funciona como un sostén, un respaldo", aseguró.

En detalle, señaló que "cuando un niño está desarrollándose, todo el proceso de su neurodesarrollo termina de completarse recién a los 25 años. Por lo que hay muchas situaciones a la cual los chicos no pueden poner límites desde si mismos. Quieren hacerlo todo, dejarlo, porque realmente no registran el peligro".

"Ese límite que los chicos no pueden establecerse es necesario que venga de afuera y el primer límite seguro es el de los padres", resaltó.

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