Respecto a la importación puntual desde China, el dirigente aclaró: "Por ahora es un volumen chico, es una especie diferente, una variedad especial. Pero el problema no es sólo eso: el mercado hoy está lleno de fruta importada, uva de Perú, kiwi de Grecia. Con un dólar tan atrasado, es muy difícil competir".

En ese sentido, denunció la falta de equidad en los acuerdos internacionales: "Nosotros tenemos un protocolo fitosanitario muy exigente para exportar a China, mientras que ellos pueden exportar a la Argentina con muchísima facilidad. Necesitamos igualdad de condiciones".

El dirigente también se refirió a las dificultades internas que enfrentan los productores: altos costos, presión fiscal y escasa competitividad internacional. "Hoy tenemos un costo laboral enorme. Mucho de lo que damos como trabajo va para el Estado. Necesitamos una reforma tributaria y una reforma laboral que nos devuelvan aire", remarcó.

A pesar del complejo panorama, Sánchez reconoció que la campaña de exportación actual ha sido positiva en comparación al año anterior, aunque con márgenes ajustados: "Tenemos que trabajar mucho los costos y ver cómo nos van a devolver la competitividad".

Finalmente, llamó a preservar la industria nacional: "Nuestro ADN es exportador. No podemos pretender estar cerrados a los países a los que les vendemos, pero tampoco que nos invadan sin condiciones. Hay que proteger lo nuestro con inteligencia".

La nota pone sobre la mesa una tensión latente: la necesidad de abrir mercados sin que ello implique sacrificar la producción nacional, en especial la de sectores que son clave para las economías regionales.