Problemática
La ong sin fines de lucro REMAR ha detectado un gran crecimiento del consumo de estupefacientes en la ciudad. Inclusive tuvieron que abrir una granja debido a la demanda espontanea. ESCUCHA EL AUDIO
8 de febrero de 2021
"Recorremos
los barrios más marginales de la ciudad y vemos las esquinas con gente joven,
más jóvenes, consumiendo pastillas, alcohol y la pipa, que está bien metida en
el corazón de la ciudad. Es difícil rescatarlos porque encima hay droga por
todos lados", alertó Francisco Marín, director de REMAR, ong sin fines de lucro
que a través de sus centros cristianos brinda ingreso inmediato a personas en
situación de calle y con problemas de adicciones, alcoholismo, psicofármacos, cocaína,
marihuana y otros aditivos.
Justamente
los otros aditivos son el crack y la pipa: "Drogas que hace 15 años no estaban
como el crack y la pipa y hace más daño en poco tiempo que otras cosas que
conocemos. Hace 20 años que hacemos reuniones con concejales y les decimos que
no se habla mucho del tema, que no hay prevención. Hay que prevenir antes de
curar y ahora tenemos que curar porque no se escuchó, para atajar lo que se ha
venido a la ciudad".
"El tema no
ha parado en pandemia y creo que va de mal en peor" aseguró quien encabeza este
centro cristiano ubicado en Mar del Plata desde 1997, con su sede central en
Jacinto Peralta Ramos al 900, donde venden sus productos y reciben todo tipo de
donaciones: comida, ropa, muebles, etc.
La entidad
nació en España con el boom de la droga en el '80 y está en 77 países. Argentina
es sede desde 1995 y atienden a hombres y mujeres que se distribuyen en nuestra
ciudad en cuatro hogares: dos de varones y dos de mujeres con niños, de los
cuales dos son granjas de primera fase y dos son casas de reinserción a la
sociedad. También asisten a los pabellones de la Unidad Penal 15 de Batán. Hoy
debido a la demanda y todo lo antes mencionado, tuvieron que abrir una nueva
granja y potenciar sus locales distribuídos por toda la ciudad.
"En el
momento que empezó la pandemia los hogares nuestros se llenaron. Había mucha
gente en situación de calle, muchos perdieron el lugar donde vivían, o quedaron
varados. En un acuerdo con la Municipalidad recibimos más de 50/60 personas. Hubo
un momento que tuvimos que tirar colchones en el piso para darle lugar",
recordó y contó que "aún algunos están con nosotros. Lo tomaron como la
oportunidad para sus vidas para dejar de consumir".
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