Cumbre
El esperado encuentro en la neutral Suiza se concreta luego de meses de declaraciones cruzadas entre ambos presidentes. El conflicto entre Rusia y Ucrania y las acusaciones sobre ciberataques son algunos de los temas que más tensiones generan.
16 de junio de 2021
Los
presidentes de Estados Unidos y Rusia, Joe Biden y Vladimir Putin, iniciaron
hoy en Ginebra, Suiza, su muy anticipada primera cumbre, con las relaciones
bilaterales en su punto más bajo en medio de múltiples acusaciones y
desacuerdos.
Luego de
saludar a Putin con un apretón de manos, Biden dijo que "siempre es mejor
verse cara a cara", y el presidente ruso respondió que confiaba en que la
reunión fuera "productiva".
Segundos
antes, los dos mandatarios posaron para una foto junto con el presidente suizo,
Guy Parmelin, que les dio la bienvenida en la entrada de la Villa La Grange, y,
luego del saludo, pasaron al interior de la mansión, informó la agencia de
noticias Sputnik.
El
envenenamiento y encarcelamiento del líder opositor ruso Alexey Navalny, la
tensión entre Rusia y Ucrania y acusaciones de que el Kremlin está detrás de
ciberataques son algunos de los temas que más tensiones generan de los que se
discutirán en la reunión.
Cuestiones
en las que hay mayor entendimiento incluyen el control de armamentos nucleares,
el cambio climático, los programas atómicos de Irán y Corea del Norte y la
estabilidad de Afganistán tras la retirada militar estadounidense y de la OTAN.
Putin
aterrizó en el avión presidencial ruso poco después del mediodía y se dirigió
directamente al lugar del encuentro, la Villa La Grande, un magnífico edificio
del siglo XVIII, ubicado en el corazón de la ciudad, con una vista
impresionante del lago Lemán.
Las
conversaciones comenzaron a las 13.27 (las 8:27 en Argentina), informó la
agencia de noticias rusa Sputnik.
El Kremlin
dijo que la reunión debía durar entre cuatro y cinco horas.
Primero
habrá un encuentro en formato reducido que incluye a Biden, Putin y los jefes
de la diplomacia estadounidense y rusa, Antony Blinken y Serguei Lavrov. Luego
habrá una sesión de trabajo más amplia.
El esperado
encuentro en la neutral Suiza llega luego de que Biden, en su primera gira
internacional como presidente, participara esta semana de una cumbre del G7 y
otra de la OTAN en la que pudo escuchar a sus aliados de Europa antes de
sentarse con Putin.
El 46°
presidente de Estados Unidos, en el cargo desde enero, prometió que dirá a
Putin cuáles son "las líneas rojas" que no debe franquear.
"No
busco un conflicto con Rusia, pero responderemos si Rusia continúa sus
actividades dañinas", indicó el presidente estadounidense.
"Siempre
estoy listo", declaró Biden al llegar a Ginebra al ser cuestionado sobre
su estado de ánimo antes de este encuentro que concentra la atención del mundo.
Pero el
presidente ruso también tiene una larga experiencia en materia de cumbres.
Desde que llegó al poder a fines de 1999 ya se codeó con cuatro presidentes
estadounidenses. Biden es el quinto.
Muchos
expertos coinciden en que Putin ya logró lo que más deseaba: la celebración de
la cumbre como muestra de la importancia de Rusia en el escenario mundial.
En una
entrevista con la cadena NBC, Putin dijo esta semana esperar que el presidente
demócrata se muestre menos impulsivo que su predecesor republicano, aunque
aprovechó la ocasión para calificar a Trump de hombre "talentoso".
El vínculo entre los presidentes
Las conversaciones
están precedidas por meses de declaraciones cruzadas entre ambos presidentes,
muchas de ellas de un cariz personal, más que institucional.
En una
entrevista en marzo, Biden dijo que estaba de acuerdo con la caracterización de
Putin como un "asesino", tras lo cual Rusia llamó a consultas a su
embajador y Putin respondió que Biden se describía a sí mismo, antes de
desearle "buena salud".
El
mandatario ruso desafió luego al estadounidense a celebrar un debate público y,
cuando Biden propuso la cumbre días después, el Kremlin presentó la oferta como
un intento de la Casa Blanca de reparar el daño generado por el comentario.
Las
expectativas de resultados tangibles de la reunión son bajas, aunque hay
esperanzas de que permita un mejor entendimiento entre dos de las mayores
potencias que quite un factor extra de inestabilidad mientras el mundo busca
recuperarse del coronavirus.
La espiral descendente en la relación comenzó luego de que Rusia se anexionara la península ucraniana de Crimea, en 2014, y de que la inteligencia estadounidense acusara a Moscú de interferencia en las presidenciales de 2016 en Estados Unidos.
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25/04/2024