CUMBRE
Será uno de los eventos centrales de la primera gira internacional del demócrata Joe Biden desde su llegada a la Casa Blanca, decidido a devolver a Estados Unidos a la senda del multilateralismo.
11 de junio de 2021
El
presidente estadounidense, Joe Biden, y los demás líderes del Grupo de los
Siete (G7) países altamente industrializados celebrarán desde este viernes una
cumbre en el Reino Unido para discutir el combate al coronavirus y al cambio
climático y refrendar un impuesto global a las grandes corporaciones, además de
analizar tensiones con Rusia.
La cumbre de tres
días en Inglaterra será uno de los eventos centrales de la primera gira
internacional del demócrata Biden desde su llegada a la Casa Blanca decidido a
devolver a Estados Unidos a la senda del multilateralismo y recomponer lazos
con sus aliados tras la conflictiva presidencia del nacionalista republicano
Donald Trump.
Incluso antes de que comience, el Gobierno
anfitrión adelantó uno de los que serán los principales anuncios de la cumbre: los miembros del G7 comprarán y donarán mil
millones de dosis de vacunas contra el coronavirus para países de bajos
ingresos.
El objetivo es
"poner fin a la pandemia" en 2022, afirmó
el Gobierno británico en un comunicado en el que precisó que el Reino Unido
donará 100 millones de dosis sobrantes gracias al avance de su programa de vacunación,
que se suman a los 500 millones de vacunas de Pfizer/BioNTech que se
comprometió a aportar el presidente Biden.
Como parte de una coreografía familiar a todos los
G7, la cumbre en la sureña localidad costera de Carbis Bay incluirá mesas
redondas, reuniones bilaterales y la tradicional foto grupal o "de
familia", todo con el acostumbrado fondo pintoresco, en este caso de las
aguas turquesas del Atlántico, playas idílicas y viejas iglesias de ladrillos
vistos.
Sin embargo, desde la última reunión de líderes
del G7, hace dos años, el mundo ha sufrido un cambio dramático, luego de que la
pandemia de coronavirus matara a más de 3,7 millones de personas y diezmara
economías de países de todos los niveles de recursos como consecuencia de los
obligados confinamientos y restricciones.
Así que cuando el primer ministro británico, Boris
Johnson, reciba a Biden y a los líderes de Francia, Alemania, Italia, Japón y
Canadá, la recuperación
global pospandemia estará al tope de la agenda, y por ende, la necesidad de que
los países ricos dejen de acaparar las vacunas y permitan acceder a ellas al
resto de las naciones.
Sumará presión sobre el G7 el pedido expreso de
Biden a sus líderes de repartir vacunas entre países de África u otros
continentes que aún no han recibido ni una, luego de anunciar planes de Estados
Unidos para comprar 500 millones de dosis de vacunas y donarlas a naciones que
las necesiten.
"Este es el momento para que las democracias
más grandes y tecnológicamente avanzadas compartan sus responsabilidades y
vacunen al mundo, porque nadie puede estar debidamente protegido hasta que
todos estén protegidos", escribió Johnson en un artículo publicado en el
diario The Times, de Londres.
Johnson,
cuyo país no envió aún ni una dosis de vacunas al exterior -al igual que el
resto de los del G7- y ya vacunó con dos a más de la mitad de su población,
agregó que el Reino Unido donará "millones" de dosis, aunque no
precisó cuándo.
También acumula presión sobre el G7 -y prefigura
diferencias- el apoyo de Biden y del presidente francés, Emmanuel Macron, a una
eliminación temporal de las patentes y protecciones de propiedad intelectual
para el desarrollo de vacunas y otras tecnologías contra el coronavirus, para dar tiempo a una inmunización global contra
el virus.
El Reino Unido y
varios países de la Unión Europea (UE), como Alemania, se oponen a la idea, responden a Biden que su Gobierno también
bloquea la exportación de vacunas e insumos para su producción y que lo
aconsejable sería un consenso multilateral para eliminar restricciones a esas
exportaciones, algo que también apoyan Canadá y Japón.
La Presidencia francesa dijo en un comunicado que
Macron quiere "resultados y no solo anuncios" sobre vacunas y que hay
que fijar, antes de la cumbre del G20 de octubre en Roma, un plan y determinar
a cuántas personas es necesario vacunar en todo el mundo, especialmente en
África, que ha recibido menos del 2% de las dosis mundiales.
Antes de la cumbre, la Organización Mundial de la
Salud (OMS) advirtió que cerca de 90% de los 54 países africanos fracasarán en
el objetivo mundial de inmunizar contra el coronavirus a una décima parte de la
población de aquí a septiembre, si no reciben
urgentemente al menos 225 millones de vacunas, informó la agencia de noticias
AFP.
En la cumbre se abordará también un acuerdo en torno a un impuesto
mínimo universal del 15% a las grandes corporaciones respaldado por Biden y
alcanzado la semana pasada por los ministros de Finanzas tras años de
discusiones.
Pese a que el G7 no tiene un papel formal en la
discusión de una nueva fiscalidad internacional, un pacto en el seno de este
grupo supondría un poderoso impulso para alcanzar un acuerdo en las
negociaciones formales que se están desarrollando al respecto en el G20 y en la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Antes de que la pandemia sorprendiera al mundo,
Johnson esperaba que la reunión del G7 estuviera dominada por el cambio
climático, de cara a la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP26) de
noviembre próximo en Glasgow, Escocia.
El tema aún está en la agenda y será debatido,
pero el coronavirus se robó todo el protagonismo, en momentos que nuevas
variantes del virus provocan rebrotes en varios continentes a casi un año y
medio de su detección en la ciudad central china de Wuhan.
Antes sus aliados del G7, se espera que Biden
reafirme -como hará la semana próxima en una cumbre de la OTAN en Bruselas- su
alianza y cooperación militar, y que Estados Unidos vuelve a ser un socio
confiable tras los vaivenes de la era Trump.
En momentos en que Estados Unidos choca cada vez
más con una Rusia que expande su poder e influencia y con China por motivos
también políticos y otros comerciales, muchos en Europa creen que la agenda
exterior de Biden se centra demasiado en Oriente.
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