En diálogo con "Pasen y Vean", programa que se transmite de 9 a 13 horas por LU9 Mar del Plata, charlamos con Blas Taladrid, contador y titular de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP), respecto a la creciente ocupación irregular de la vía pública y su impacto en la actividad comercial formal.

Taladrid describió un escenario que, según explicó, se viene profundizando desde hace años y que hoy se vuelve más visible en un contexto de caída de ventas. "La avenida Luro es una postal que tenemos desde hace muchos años. En algún momento se logró erradicar y ordenar, pero hoy está desmadrado de nuevo Luro y la playa", señaló, al tiempo que remarcó que no se trata solo de un problema comercial sino también social.

Diferenciar artesanos de venta ilegal organizada

El titular de la UCIP hizo especial hincapié en distinguir situaciones. Por un lado, reconoció el trabajo de los artesanos que producen y venden en ferias organizadas y temporales. Sin embargo, advirtió que "no se debería asignar un lugar fijo permanente que genere un derecho sobre el espacio público, porque después loteamos espacios que son de todos en beneficio de un privado".

El foco de mayor preocupación, explicó, está puesto en los vendedores fijos que se instalan diariamente con mercadería industrializada. "Esto es una organización detrás de todo eso que aprovecha la situación de la gente que no tiene trabajo, generando un círculo vicioso que el Estado debería transformar en virtuoso", afirmó.

Controles, responsabilidades y ausencia del Estado

Taladrid sostuvo que la principal responsabilidad sobre la vía pública recae en el Municipio, a través de Inspección General, aunque aclaró que existen múltiples áreas involucradas. "Hay cuestiones sociales, laborales, impositivas y hasta de contrabando. Si la venta es informal, el origen de la mercadería también lo es", subrayó.

En ese sentido, cuestionó la falta de acción por parte de distintos niveles del Estado: "Muchas veces no se actúa para evitar un conflicto social, pero el problema se agrava y termina afectando a comerciantes, vecinos y a la ciudad en general".

Plaza Rocha, un caso emblemático

Uno de los ejemplos más contundentes mencionados fue el de Plaza Rocha. "Hay más de 500 personas instaladas, con horarios, tablones alquilados y una organización evidente", describió Taladrid, y agregó que la situación ya excede lo comercial: vecinos con miedo, propiedades que pierden valor y comercios que ven caer drásticamente sus ventas.

Incluso relató que desde otras provincias se muestran sorprendidos por lo que ocurre en ese espacio público. "Fijate lo que trasciende", dijo, al advertir sobre el daño a la imagen de Mar del Plata.

Comparaciones con Buenos Aires y pedido de voluntad política

Consultado sobre posibles similitudes con lo ocurrido en la Ciudad de Buenos Aires, Taladrid reconoció puntos en común en el origen de la mercadería, pero marcó diferencias clave. "Allá hay códigos contravencionales y voluntad política que permiten actuar. Acá esas herramientas no existen o son más débiles", explicó.

Finalmente, confirmó que desde la UCIP mantienen diálogo permanente con el Municipio y las distintas fuerzas políticas. "Esto se soluciona con una visión de largo plazo, con diálogo y un nuevo plan estratégico para Mar del Plata", concluyó, remarcando que el objetivo es mejorar la ciudad en su conjunto, más allá del sector empresarial.