Una nena de siete años resultó herida por una bala perdida en la noche del 25 de diciembre en Mar del Plata, en pleno festejo de Navidad, en un episodio que volvió a poner en foco el grave riesgo del uso irresponsable de armas de fuego durante celebraciones.

Según relató su madre, el hecho se produjo cerca del horario del brindis y de los fuegos artificiales, cuando la niña se encontraba junto a su familia observando las luces. En ese momento comenzó a gritar y a llorar por un fuerte dolor en el pie. Minutos después, el padre de la menor advirtió una herida compatible con un impacto y le aplicó un antiséptico, además de suministrarle ibuprofeno, lo que permitió que la niña pudiera descansar.

A la mañana siguiente, ante la persistencia del dolor, fue trasladada a la guardia médica, donde los estudios radiológicos confirmaron la presencia de un proyectil alojado entre el dedo gordo y el contiguo. De acuerdo al parte médico, la bala no comprometió huesos ni tendones, lo que evitó consecuencias más graves.

La menor fue sometida a una intervención quirúrgica bajo sedación para la extracción del proyectil. La cirugía se desarrolló sin complicaciones y la paciente permaneció internada hasta el mediodía del 26, cuando recibió el alta médica.

"La parte más difícil fue explicarle a una nena de siete años cómo una bala pudo llegar a su pie", expresó su madre, quien remarcó que se trata de una familia que se desenvuelve en un entorno "sano" y que jamás imaginó atravesar una situación de este tipo.

El caso reaviva la preocupación por los disparos efectuados al aire durante celebraciones, una práctica reiteradamente advertida por las autoridades y que, como quedó demostrado, puede tener consecuencias imprevisibles y potencialmente fatales. "Uno cree que nunca le va a pasar, hasta que pasa", concluyó la mujer.