Los asistentes, afectados por robos y temerosos de convertirse en las próximas víctimas, se reunieron con el objetivo de unificar sus reclamos y exigir respuestas tanto de las autoridades municipales como de la policía local.

Según testimonios recabados en la reunión, la Plaza Rocha se ha convertido en un punto caliente de actividad delictiva durante la noche, donde la venta de sexo sirve como fachada para el comercio de drogas. Los vecinos describen un ambiente incómodo y preocupante, donde las actividades delictivas están a plena vista.

Carolina, participante del encuentro, señaló que la situación actual recuerda lo que solía suceder en las inmediaciones de Luro y Uruguay, donde primero se estableció la prostitución y luego el narcomenudeo.

Los residentes y comerciantes se ven obligados a tomar medidas de seguridad adicionales, lo que resulta en costos adicionales y pérdidas económicas debido al cierre temprano de negocios. A pesar de esto, los robos siguen siendo frecuentes, con algunos comerciantes sufriendo hasta tres robos en una misma semana.

La sensación de desamparo se ve agravada por la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades municipales. Aunque se han recibido algunas palabras de apoyo, los vecinos sienten que están solos en su lucha contra la inseguridad y exigen acciones concretas para detener los delitos y garantizar la seguridad en la zona.

La reunión concluyó con el llamado a ser escuchados por el intendente Guillermo Montenegro o algún funcionario del área de Seguridad, con la esperanza de que sus preocupaciones sean finalmente abordadas y se tomen medidas para resolver la situación.