Deceso
La notable intelectual y política falleció a los 80 años, según informó la familia desde las redes sociales de la exlegisladora.
3 de mayo de 2021
La socióloga, intelectual y exdiputada nacional por dos
períodos (2009-2013 y 2013-2017) Alcira Argumedo murió este domingo, a los 80
años, producto de un cáncer de pulmón, y tras conocerse la noticia, que
inicialmente fue informada por familiares y amigos desde su cuenta de Twitter,
se sucedieron las expresiones de afecto, de tristeza, de reconocimiento y
homenaje a quien desde hace años era considerada como una de las personalidades
más representativas del pensamiento latinoamericano, de la sociología crítica y
de lo que, en palabras del exdirector de la Biblioteca Nacional Horacio
González, podría definirse como la "teoría de la liberación" de
América Latina.
Quién era Alcira
Argumedo
Nacida en Rosario en 1940, en una familia de clase media
acomodada que residía en el tradicional barrio de Fisherton, en las afueras de
la ciudad, Argumedo practicó natación hasta su juventud y llegó a competir con
récords provinciales en los estilos crawl y pecho, pero su vida dio algo
parecido a un vuelco en 1959, al inscribirse en la Universidad de Buenos Aires
para estudiar Sociología, carrera que el pionero Gino Germani había fundado
apenas dos años antes, y de la que Argumedo llegó a ser, al completar sus
estudios, la graduada número 28.
La coincidencia en su ingreso a Sociología con la Revolución
Cubana y el ingreso triunfal a La Habana de los guerrilleros del Movimiento 26
de julio, el 1º de enero de 1959, marcó como algo más que un simple clima de
época lo que ocurriría durante aquellos años en las aulas y los claustros universitarios,
como también en los debates de la izquierda y el llamado campo popular: por esa
época Argumedo conoció al sacerdote nacido en Bogotá Camilo Torres, un pionero
de la sociología latinoamericana, que luego se sumó a la lucha armada y en
febrero de 1966 murió durante un combate de la guerrilla ELN con el ejército
regular de Colombia.
Su formación
académica
En cuanto a la vida académica, Argumedo fue una de las
impulsoras de una poco frecuente 'huelga' a la cátedra de metodología que tuvo
lugar en el año 1962, protesta en la que reprocharon al docente a cargo
expresar en sus clases el "empirismo abstracto" que unos años antes
había impugnado el sociólogo norteamericano Charles Wright Mills. En esa
primera mitad de los '60 Argumedo conoció a quien sería su esposo y el padre de
sus hijos, Gunnar Olsson, que se había criado cerca de la familia de Raúl
Scalabrini Ortiz, uno de los pensadores ligados a los estudios y las denuncias
sobre la soberanía y la dependencia económica del país.
Argumedo, el sociólogo Roberto Carri -secuestrado y
desaparecido durante la dictadura cívico militar- y el propio Olsson, junto con
otros intelectuales, serían a partir de 1968 algunos de los nombres asociados a
lo que pronto se llamaron 'las cátedras nacionales', proceso de renovación
curricular y académica que profundizó el estudio de la cuestión nacional y que
se inició a partir del desembarco en la Facultad de Filosofía y Letras de los
sociólogos Justino O'Farrell y Gonzalo Cárdenas. 'Las cátedras nacionales',
luego de una interrupción producto de una nueva intervención militar, se
retomarían en 1973 con el triunfo electoral del Frente Justicialista de
Liberación (Frejuli).
Sobre aquella época en la universidad, el exdirector de la
Biblioteca Nacional aseguró en diálogo con Télam que Argumedo y Carri, que eran
amigos, conformaban por entonces "una pareja suficientemente
simbólica" de las cátedras nacionales, aunque también incorporó en ese
lote "al esposo de Alcira, Gunnar Olsson, que tuvo mucha importancia y
falleció en México, que fue un filósofo hegeliano de gran nivel".
González, también sociólogo como Argumedo, definió a su
amiga y compañera por largos años en iniciativas académicas y políticas como
"una oradora serena y enérgica al mismo tiempo, con un tono profesoral y
pedagógico de gran estilo". "Alcira tenía una virtuosidad política y,
al mismo tiempo, sostenía la ciencia sociológica como un valor productivo e
indicador necesario de los pasos que se debían dar en política", repasó
ante esta agencia.
Esa vocación por el rigor y por, en palabras de González,
"suministrar a todo lo que decía una fuerte apoyatura de datos",
llevó a Argumedo a desarrollar una carrera académica que se inició como docente
auxiliar en Introducción a la Sociología, luego como ayudante en la materia
Sociología Sistemática (donde compartió cátedra con Miguel Murmis, Eliseo
Verón, Silvia Sigal, Liliana de Riz y Juan Carlos Portantiero) y más tarde,
entre 1973 y 1976, como directora del Instituto del Tercer Mundo "Manuel
Ugarte", dependiente del rectorado de la UBA. Por esos años, además,
ingresó como investigadora al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos
(Indec), de donde la despedirían tras el golpe de Estado.
Entre la segunda mitad de los '60 y el inicio de la
dictadura, Argumedo fue también protagonista de los cruces interdisciplinarios
que se producían entre la universidad, el cine, el teatro y el cristianismo de
base, a partir de la irrupción de la teoría de la liberación y la creación en
la Argentina del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo (MSTM). En esa
época, Argumedo se conectó con el director de cine Fernando "Pino"
Solanas, con quien compartiría muchas experiencias a lo largo de su vida,
incluso la construcción partidaria muchos años más tarde, con la creación
primero del Frente del Sur y posteriormente de Proyecto Sur.
En relación a esas afinidades políticas e intercambios
culturales, el periodista Horacio Verbitsky, que la trató mucho, recordó ante
una consulta de Télam que en una primera etapa no estaban "demasiado volcados
hacia la política, más bien al cine" y esa relación, que luego incorporó
la militancia política, se mantuvo "a lo largo de los años" a pesar
de haber tenido "divergencias, discrepancias y mucha discusión".
"Nos reencontramos con mucha intensidad afectiva el año
pasado en una audiencia en Tribunales, en el marco del juicio por la
desaparición de nuestro amigo en común Roberto Carri, porque Carri fue
compañero mío en el diario Noticias y compañero de ella en las cátedras
nacionales", recordó Verbitsky, quien al referirse al fallecimiento
comentó: "Yo siempre la respeté y valoré mucho, se va una parte importante
de nosotros con ella".
Los libros de
Argumedo
En el plano editorial, Argumedo escribió los libros
"Monopolios y Tercer Mundo", "El Tercer Mundo: historias,
problemas y perspectivas", "Los laberintos de la crisis",
"Un horizonte sin certezas: América Latina ante la revolución
científico-técnica" y "Los silencios y las voces en América
Latina", el que probablemente sea su libro más conocido y popular,
infaltable bibliografía de la carrera de Sociología que intelectuales de otra
generación, como el politólogo y ensayista Diego Sztulwark, leyeron apenas ingresaron
a la Facultad de Ciencias Sociales.
"Lo que más recuerdo de Alcira era un tipo de
antimperialismo lúcido y consecuente, un discurso antimperialista que viniendo
de la voz de ella tenía mucho más sustento en la experiencia y en la historia,
y eso era importante para los que teníamos veinte años y debíamos recurrir a
los libros para saber qué cosa era el antimperialismo", rememoró Sztulwark
a pedido de Télam.
Y, luego, al ser consultado por la influencia de Argumedo,
añadió: "Alcira era una persona próxima, con una sonrisa esplendida, con
los ojos muy brillosos, muy conversadora, con una voz entre grave y trabajada
por el cigarrillo. Todos sabíamos que había tenido tragedias personales fuertes
y que se había destacado mucho en las 'cátedras nacionales'. Ella expresaba,
dicho muy a grandes rasgos, un peronismo que asumía el marxismo de una manera
desinhibida, no con culpa, no escondiéndolo, y por lo tanto vinculado siempre a
una izquierda", repasó.
Argumedo diputada
En sus dos mandatos como diputada, Argumedo impulsó, entre
otras iniciativas, los proyectos de ley de propiedad comunitaria indígena, de
reparación para las víctimas de la tragedia de Cromañón y de gestión social del
reciclado. De su actuación legislativa se recuerdan algunas intervenciones con
cuestionamientos muy duros y argumentaciones fundadas en datos, exposiciones
que González, su amigo de toda la vida, definió como "grandes discursos de
la Cámara".
En esos planteos, revivió el extitular de la Biblioteca con
motivo de su muerte, Argumedo mostró "una comprensión de todas las napas
oscuras que tiene la Argentina y, hundida en eso, supo mantener en alto todas
las banderas que mantuvo toda su vida de una manera trascendente, impoluta,
científica y al mismo tiempo emotiva".
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