Locales
SENASA recordó prácticas prohibidas, riesgos sanitarios y la importancia de analizar la carne para prevenir triquinosis.
16 de diciembre de 2025
En diálogo con "Pasen y Vean", programa que se transmite de 9 a 13 horas por LU9 Mar del Plata, charlamos con Paola Amiotti, médica veterinaria del Centro Regional Buenos Aires Sur del SENASA, respecto a los controles sanitarios en la cría de cerdos y las medidas necesarias para un consumo seguro.
La especialista remarcó que la producción porcina es una actividad que exige "control permanente", especialmente en la alimentación y en las condiciones de higiene de los criaderos. En ese sentido, fue contundente al señalar que "está terminantemente prohibido alimentar a los cerdos con residuos o basura", una práctica todavía presente en algunos ámbitos y que representa un serio riesgo sanitario.
Amiotti explicó que esta prohibición se debe a que los restos de carne y huesos pueden transmitir enfermedades graves, incluso entre animales de la misma especie. "En esos residuos puede haber carne de otros cerdos, domésticos o silvestres, y ahí es donde se genera el mayor peligro", advirtió.
También hizo hincapié en la higiene de los corrales. La acumulación de basura atrae roedores, que actúan como transmisores de enfermedades. "Es fundamental mantener los animales limpios, evitar el ingreso de roedores y guardar el alimento en contenedores con tapa", señaló. Además, aclaró que ante la muerte de un animal, "nunca debe dejarse en el chiquero para que sea consumido por otros cerdos".
Uno de los puntos centrales de la entrevista fue la triquinosis, una enfermedad parasitaria asociada al consumo de carne de cerdo sin control. La veterinaria recordó que quienes elaboran embutidos para autoconsumo deben analizar la carne antes de producirlos. "Es un análisis sencillo, conocido como digestión artificial, que permite detectar el parásito y evitar un problema de salud grave", explicó.
En cuanto a los productos destinados a la venta, destacó que solo son aptos aquellos provenientes de animales faenados en frigoríficos habilitados. "Ahí hay controles desde el nacimiento del animal y no solo se analiza triquinosis, sino muchas otras enfermedades", afirmó.
Amiotti también alertó que los chacinados, aunque estén madurados, "siguen siendo carne cruda", por lo que si contienen un parásito viable, pueden transmitir la enfermedad. Para la carne fresca y los lechones, la recomendación es clara: "La cocción debe ser completa, hasta el centro y el hueso, porque el calor elimina tanto el parásito como las bacterias".
La profesional detalló que el SENASA trabaja en la sanidad a campo y en las buenas prácticas de faena, mientras que los municipios son responsables de los controles bromatológicos en carnicerías y comercios, además de detectar la venta callejera sin habilitación.
En muchos distritos, estos análisis "son gratuitos o de muy bajo costo y el resultado está en el día o al día siguiente", por lo que no hay excusas para omitirlos.
Finalmente, Amiotti apeló a la responsabilidad del consumidor: "Es clave verificar que los productos tengan etiquetas de control sanitario y conocer su origen". Y cerró con una comparación sencilla pero elocuente: asegurarse de que la carne de cerdo esté controlada y bien cocida "es como mirar la fecha de vencimiento de un medicamento: una medida simple, pero fundamental para cuidar la salud".
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16/12/2025