Locales
En diálogo con LU9, Gloria Barberis, voluntaria del CAMM nos relató sobre los comienzos de la organización y como siguen trabajando hoy sobre la problemática.
11 de diciembre de 2025
En LU9 Mar del Plata, charlamos con Gloria Barberis referente del Centro de Asistencia a la Mujer (CAM), respecto a la situación actual de las mujeres que atraviesan violencias y el trabajo que realiza la organización desde sus inicios en los años de recuperación democrática.
La entrevistada recordó que "los albores de la democracia de 1983 fueron vientos muy auspiciosos", especialmente luego de "tiempos muy oscuros, de mucha muerte y represión silenciada". En aquel clima de libertad recuperada, comenzaron a multiplicarse los espacios de intercambio y pensamiento crítico, donde distintos grupos -incluidas mujeres de diversas trayectorias militantes o sociales- se preguntaban "qué nos pasó y qué estamos haciendo".
En ese proceso surgió el grupo de estudio Nueva Dimensión para el Conocimiento de la Mujer, que con el tiempo daría forma al CAM. Funcionó durante años en la Biblioteca de Naciones Unidas, un espacio que -según lamentó- hoy muestra signos de "decadencia total". También expresó preocupación por el deterioro de la Biblioteca Pública de Catamarca, "histórica en Latinoamérica por su contenido bibliográfico".
La referente advirtió que en Mar del Plata "en un promedio de la ciudad de 40 cuadras a la redonda, una mujer está sufriendo un tipo de violencia física o psicológica". Señaló que muchas veces esa violencia se encuentra "invisibilizada y totalmente aceptada" incluso dentro del entorno familiar.
Relató situaciones frecuentes que llegan al CAM: "Cuando recibimos a las mujeres, pueden decir 'esto me venía pasando'. Y cuando preguntamos desde cuándo, aparece la respuesta de alguna amiga o familiar que dice 'pero está en trabajador'". Explicó que mensajes así reproducen mandatos y minimizaciones que requieren "desconstruir tanto en el diario vivir".
Las guardias funcionan los lunes y viernes en Larrea 3291, de 14.30 a 17. "Ahí llegan mujeres a veces con una mueca que apenas pueden hablar, otras veces con una bronca que les hace hablar a borbotones, a veces acompañadas y a veces en profunda soledad", describió.
El primer paso es la escucha: "cada una de sus palabras son totalmente creíbles, porque la mujer necesita que cuando hablamos nos crean". Luego se completa una ficha confidencial y se las invita a los grupos de reflexión que se realizan los martes de 15 a 17 -a veces hasta las 18-, donde el intercambio entre pares funciona como un espejo: "van a encontrar un pedacito de su propia historia y así se conforma una red de sostenimiento".
Los avances personales suelen ser profundos: mujeres que finalizaron estudios universitarios, otras que terminaron o iniciaron la secundaria, y muchas que lograron conseguir un empleo. La entrevistada destacó que "la dependencia económica es uno de los factores que más sostiene el maltrato", por lo que la autonomía resulta clave en el proceso.
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