Internacionales
11 de enero de 2021
El papa
Francisco decretó que las mujeres pueden acceder a los ministerios del
"lectorado" y el "acolitado", hasta ahora reservados a los
hombres en el derecho canónico, en lo que supone un giro histórico a la
doctrina de la Iglesia al eliminar la restricción de género.
Con un Motu
Propio publicado este lunes, el pontífice modificó uno de los artículos del
Código de Derecho Canónico y le dio un marco legal a una práctica que era
utilizada en algunos lugares, pero sin el aval jurídico de la Santa Sede.
"Me
pareció oportuno establecer que pueden ser instituidas como Lectores o Acólitos
no sólo hombres sino también mujeres, en quienes, a través del discernimiento
de la pastores y después de una adecuada preparación, la Iglesia reconoce 'la
firme voluntad de servir fielmente a Dios y al pueblo cristiano'", sostuvo
Francisco en las consideraciones del decreto dado a conocer este lunes.
Según la
tradición de la Iglesia, el lector es el encargado de leer la Palabra de Dios
en la asamblea litúrgica, instruyendo a los fieles para recibir los
sacramentos, mientras que el acólito oficia de ayudante del diácono y al
sacerdote en el altar.
En
ocasiones, el acólito puede distribuir la comunión y expone el Santísimo para
la oración, uno de los momentos de las misas católicas, además de instruir a
todos los fieles sobre la Eucaristía.
"Los
laicos que tengan la edad y las aptitudes determinadas por decreto de la
Conferencia Episcopal, pueden ser asumidos permanentemente, a través del rito
litúrgico establecido, a los ministerios de lectores y de acólitos; sin
embargo, esta concesión no les da derecho a mantener ni a remuneración de la
Iglesia", dispuso el pontífice.
Así, el Papa
eliminó la restricción de género y abrió la posibilidad de que las mujeres
participen en los ministerios hasta hoy reservado a hombres.
"La
elección de conferir también a las mujeres estos cargos, que implican una
estabilidad, un reconocimiento público y el mandato del obispo, hace más eficaz
en la Iglesia la participación de todos en la obra de evangelización",
justificó Francisco su decisión.
Según
explicó el Vaticano, las mujeres que leen la Palabra de Dios durante las
celebraciones litúrgicas o que realizan un servicio en el altar, como
monaguillos o dispensadores de la Eucaristía no son una novedad, y en muchas
comunidades del mundo es ahora una práctica autorizada por los obispos.
Sin embargo,
todo esto se llevó a cabo sin un mandato institucional real hasta la
publicación del decreto papal de este lunes, ya que por una decisión del entonces
Papa Pablo VI, en 1972, el acceso a los dos ministerios de lectorado y
acolitado quedaba reservado a los hombres, porque los consideraba preparatorios
a cualquier acceso al orden sagrado.
En los
considerandos del decreto, Francisco destacó la influencia de las discusiones
sobre el tema durante los dos últimos Sínodos que convocó en Roma,
especialmente el dedicado a la Amazonía en octubre de 2019, en los que se
exploraron vías para institucionalizar la presencia de la mujer en el altar.
Con el Motu
proprio "Spiritus Domini" de hoy, que modifica el primer párrafo del
canon 230 del Código de Derecho Canónico, el Papa estableció que las mujeres
pueden tener acceso a estos ministerios que se les atribuye mediante un acto
litúrgico.
En el plano de reglamentación, Francisco dispuso que "será tarea de las Conferencias Episcopales establecer criterios adecuados de discernimiento y preparación de candidatos para los ministerios del Lectorado o Acólito, u otros ministerios que estimen establecer, de conformidad con las disposiciones del Motu Proprio 'Ministeria quaedam', sujeto a la aprobación de la Santa Sede y según las necesidades de la evangelización en su territorio".
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