Estados Unidos
La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo anoche que estaba lista para lanzar un segundo proceso de juicio político contra el presidente, a menos que deje la Casa Blanca en los próximos días.
11 de enero de 2021
Estados
Unidos se preparaba para un posible nuevo juicio político al presidente
saliente Donald Trump por el violento asalto de sus partidarios al Congreso,
que reflejó las divisiones del país y los riesgos que enfrenta la democracia
más antigua del mundo.
La
presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo
que estaba lista para lanzar un segundo proceso de juicio político contra el
presidente, a menos que deje la Casa Blanca en los próximos días.
Tras la
violencia del miércoles pasado en el Capitolio a manos de seguidores de Trump,
la Cámara baja deberá pronunciarse hoy y mañana sobre una resolución que pide
al vicepresidente Mike Pence y al gabinete que destituyan a Trump de sus
funciones invocando la 25a enmienda de la Constitución, que les da autoridad
para hacerlo.
Si eso no
ocurre "la legislación sobre el procedimiento de destitución será
presentada" a los legisladores, escribió Pelosi en una carta a los
parlamentarios.
"Para
proteger nuestra Constitución y nuestra democracia, actuaremos con urgencia,
porque este presidente representa una amenaza inminente para ambas",
añadió Pelosi, informó CNN.
Tras los
pedidos de enjuiciar a Trump de los senadores republicanos Ben Sasse y Lisa
Murkowski, el senador Pat Toomey afirmó ayer que una renuncia del presidente
"sería el mejor camino".
Trump
"cayó en un nivel de locura (...) absolutamente impensable" desde que
el demócrata Joe Biden le ganó las elecciones de noviembre, añadió.
"Lo
mejor para la unidad del país sería que dimitiera", dijo en ABC Adam
Kinzinger, legislador en la Cámara de Representantes y primer republicano en
pedir, la semana pasada, que el presidente fuera declarado "no apto"
para ejercer sus funciones.
Aislado en
la Casa Blanca, abandonado por varios de sus ministros y distanciado de Pence,
Trump no da, sin embargo, ninguna señal de estar pensando en renunciar, según
consejeros citados por la prensa estadounidense.
El tiempo es
escaso ya que Biden debe asumir el 20 de enero, y si bien el juicio político
podría comenzar, los demócratas deberían obtener apoyos de sus rivales
republicanos en el Senado para que concluya con la salida del presidente del
poder.
Es poco
probable que obtengan aliados suficientes para alcanzar la mayoría de dos
tercios de las 100 bancas del Senado, necesaria para condenar a Trump y
removerlo de su puesto.
Suspendido
en Twitter y en el resto de las grandes redes sociales para evitar nuevas
incitaciones a la violencia, las opciones del mandatario para comunicarse con
el gran público son ahora limitadas.
Las
autoridades continúan buscando a los manifestantes pro-Trump que lanzaron
amenazas de muerte contra Pence y Pelosi, varios de los cuales ya fueron
arrestados.
Alrededor
del Capitolio se ha erigido ahora una alta barrera metálica, al tiempo que se
ha ampliado el número de efectivos de seguridad hasta la investidura de Biden,
a la que Pence hizo saber que asistirá, contrariamente a Trump.
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