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Manteros de Luro: "Estamos porque lo que ganamos no alcanza"

Lili, vendedora ambulante desde los 14 años, describió la caída de ventas y la convivencia con comercios formales.

22 de diciembre de 2025

En diálogo con "Pasen y Vean", programa que se transmite de 9 a 13 horas por LU9 Radio Mar del Plata, charlamos con Lili, vendedora ambulante de 62 años, respecto a la situación económica y la realidad de los manteros en el centro marplatense, en la zona de Independencia y Luro.

Desde su puesto de termos y botellas, Lili relató un panorama complejo: "Hay días que estamos 20 o 30 minutos y no hacemos una venta. Hoy por hoy estamos porque necesitamos trabajar, porque lo que ganamos no nos alcanza". Según explicó, muchas jornadas transcurren enteras sin ventas y recién entrada la tarde aparece el primer cliente.

"No hay trabajo"

La vendedora sostuvo que la presencia de manteros responde a la falta de empleo formal. "Si tuviera fuente de trabajo, esto no existiría. Todos estaríamos trabajando y los negocios laburarían", afirmó, y amplió su mirada al contexto general: "Estamos viviendo una situación en la que, en vez de ir para adelante, vamos para atrás como el cangrejo".

Lili recordó que se dedica a la venta ambulante desde muy joven: "Empecé en la calle a los 14 años. Tuvimos altas y caídas: corridas, pérdidas de mercadería, golpes; pero nos criamos acá y vamos a seguir acá".

La búsqueda de mercadería y el respeto de los lugares

Consultada sobre cómo se abastece, contó que suele viajar a Buenos Aires en busca de mejores precios. "Salgo a las 12 de la noche, llego a las 6 de la mañana y camino todo Buenos Aires buscando precio. Si no, no se puede", detalló.

Respecto al funcionamiento interno entre vendedores, remarcó que existe un código claro: "Cada cual tiene su lugar. En Luro se respeta, no viene cualquiera y se pone".

Controles y convivencia con comercios

Ante los reclamos de la UCIP por la venta en la vía pública, Lili explicó que hay controles municipales. "Los inspectores andan siempre. Corroboran que cada uno esté en su puesto y que no se agrande. Si no se respeta, levantan el puesto", señaló. También aclaró que evitan competir directamente con los comerciantes frentistas: "Respetamos no poner la misma mercadería".

Sobre la relación con los negocios, fue contundente: "Es cordial. Tengo una panadería y una zapatillería al lado. Incluso en invierno me calientan agua. Tenemos buenas relaciones".

Expectativas bajas para las fiestas

De cara a Navidad y Año Nuevo, el panorama no es alentador. "Lo veo medio complicadito. La gente pregunta mucho, busca alternativas porque tiene varios chicos. No es como otros años", lamentó.

La historia de Lili sintetiza una postal cotidiana del centro marplatense: trabajadores informales que, lejos de elegir esa condición, la asumen como única salida ante la falta de empleo y el consumo en retroceso, en un contexto económico que golpea tanto a vendedores ambulantes como a comercios establecidos.

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