El humorista Roberto Moldavsky se presentará en el Teatro América, en Luro y Corrientes, el próximo viernes 25 de febrero (a las 20.30), el sábado 26 con doble función (20.30 y 22.30) y el domingo 27 (a las 20.30) con "El método Moldavsky". Para palpitar los shows, se acercó a los estudios de LU9 y mantuvo una entretenida, y graciosa, entrevista.

"Como me agarró de grande, lo vivo con mucha alegría, lo disfruto mucho. Ayer estaba en un café y dos chicas hablaban y decían mi nombre, y yo les dije a ellas si nos sacábamos una foto. Soy el único que persigue al público para una foto. Para mí, toda esta parte de la vida que me toca a vivir, es como plata que encontraste en el piso, disfrútala, no estaba en los planes", señaló Moldavsky.

Venir a Mar del Plata es algo que le "encanta" y "necesitaba este encuentro, soy feliz de estar acá".

El humorista se inició porque "cuando la naturaleza no te da físicamente mucha chance (yo a la sinagoga no voy a rezar voy al libro de quejas, o tocas la guitarra y cantas, o el humor es el arma que te queda. "Decía en chiste que yo confío en los feos, porque somos buenos, no tenemos chance de maldad. El feo arranca de la bondad y ahí construye. Siempre fui gracioso, buena persona, servicial, siempre listo", agregó entre risas.

Moldavsky hizo referencia a las cartas de amor, "un momento muy hermoso", que fueron uno de los pilares de su humor. "Arrancó porque le hacía cartas a mis amigos según su profesión en los cumpleaños. El de la mercería era un tipo elástico, no sos un botón que no da puntada sin hilo. El que vendía anteojos me volví loco, depende de cómo se mire, estás en el marco... Yo hacía ese deporte con mis amigos, tuve uno proctólogo imagínate. Arrancamos con una carta muy chiquita, con el verdulero, o la del mecánico que la carta era para brisa. Se convirtió en un clásico. El panadero que conoció dos lesbianas, se dio cuenta que eran tortitas negras", detalló.

Su última gira lo llevó por Dublín, Londres, Israel y España. En este último país, un cómico le dio un consejo "clave" para sus presentaciones: "si vienes a decir gilipollas en vez de boludo estás perdido, queremos tu humor, el humor argentino".

"Si bien trataba de adaptar algunas cosas, tenía que hacer mi humor. Los españoles muchas veces no terminan las oraciones, que si Messi fuera español... Que si franco viviese... Que si no estuviéramos en Europa... Y vos decís ¿qué? ¿Qué pasa? Te tenés que imaginar el final. Yo lo pesqué, se los decía y se mataban de risa, descubrían algo que hacían naturalmente", detalló.

"Actué en Dublín. Una banda de latinos que te esperan y te buscan al aeropuerto. Ahora si que es un momento que dije, que paso con mi vida. Cuando termina el show, me dicen cuándo volvés. Pregúntame por qué vine, no cuando vuelvo. Fuimos a Londres y vino el Kun desde Manchester. Seguimos en España, después Israel, que para mí es más local. Toda esa gira fue soñada, la pasamos increíble. Es muy loco, me encanta el encuentro con los latinos y argentinos melancólicos, que te tratan bien. Cuando salgo de argentina me gusta contarle a la gente las cosas copadas que tenemos. El tango, Charly, Fito, creatividad, Cortázar, tenemos de todo, un montón para entregar. Y me gusta hacer ese deporte afuera y la gente es agradecida", añadió.

Para responder la pregunta sobre qué lo hace reír, Moldavsky apuntó: "Yo soy el invitado ideal para cualquier fiesta, como, bailo y me rio de todo. En la vida me viene Les Luthier, Olmedo, Niní Marshall que me volvía loco, Tato, crecí con una argentina llena de programas de humor, que no es lo mismo que pasa ahora. Hay un montón de gente talentosa hoy, está lleno de gente que escribe, se vive creando humor en Argentina. Soy muy de reírme, todos los humores me cae bien, hago el asado con todos".