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En una entrevista con LU9 Radio Mar del Plata, el empresario pesquero Fernando Álvarez Castellanos, titular de Conarpesa, describió con crudeza la crisis que atraviesa el sector langostinero, a raíz de la caída de los precios internacionales y los altos costos operativos. "Hoy salir a pescar significa perder 150 mil dólares por viaje. No es que pierdo mil o diez mil, pierdo 150 mil. Así, no se puede", afirmó con firmeza.
29 de mayo de 2025
El empresario, con más de 30 años de trayectoria en la actividad, explicó que la decisión de mantener la flota amarrada no responde a una imposición sectorial, sino a un análisis económico inapelable: "No obligamos a nadie a parar, pero todos vemos los números. Estamos perdiendo mucho".
Álvarez Castellanos fue enfático al sostener que ya no se trata de una crisis de rentabilidad, sino de supervivencia: "Tenemos que rever todo el sistema. No podemos seguir pescando a pérdida. Papá Estado no nos va a salvar".
El empresario también apuntó contra la estructura de costos, particularmente los acuerdos salariales que rigen desde hace años, con valores que hoy resultan insostenibles ante un mercado que ya no paga lo que solía: "Ese acuerdo se firmó cuando exportábamos a 12 o 14 dólares, hoy vendemos a 5,5. Las condiciones cambiaron totalmente".
Criticó duramente al Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) por no permitir la discusión de nuevas condiciones laborales que se adecuen a la realidad del sector: "Yo no detesto a los gremios, detesto a quienes usan los gremios para atacar sin sentido. No se puede armar una guerra interna. Lo que pido es diálogo y que dejen que cada tripulante decida".
Consultado sobre si existe el riesgo de perder toda la temporada de langostino, fue claro: "Para ellos sí es grave, pero para nosotros no. Nos sale más barato estar parados que salir a perder dinero. No tengo capacidad financiera para afrontar otro año con esta estructura".
También señaló que, si bien muchos trabajadores están dispuestos a aceptar nuevas condiciones, otros bloquean esa posibilidad: "Hay gente que quiere salir, pero cuando lo intenta, los patotean. Es algo que vi personalmente en Mar del Plata".
Álvarez Castellanos expresó su temor ante posibles brotes de violencia entre trabajadores, y reiteró su llamado a la reflexión: "Hay que poner el hombro por la empresa que te dio de comer 29 años. No estamos pidiendo que trabajen gratis, pedimos algo lógico para no fundirnos".
Finalmente, pidió al Gobierno que escuche al sector y se tomen medidas como la eliminación de retenciones o la reducción del impuesto a las ganancias, pero remarcó que la salida no debe venir solo desde el Estado: "Esto lo tenemos que sacar adelante entre las tripulaciones y nosotros. La pesca argentina está en riesgo y hay que actuar ya, con sensatez y sin violencia".
Las palabras de Álvarez Castellanos resumen el clima tenso y de incertidumbre que atraviesa a una de las principales actividades económicas de la región, con decenas de barcos amarrados y cientos de trabajadores en vilo.
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