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En diálogo con LU9 Radio Mar del Plata, Ricardo Velimirovich, presidente de la Asociación Frutihortícola de General Pueyrredon, alertó sobre la profunda crisis que atraviesa el sector como consecuencia de la retracción del consumo interno, la pérdida de capacidad crediticia y el aumento de los costos dolarizados. "Estamos en el momento más crítico, justo cuando hay que decidir qué sembrar y cómo seguir", señaló.
21 de julio de 2025
Según explicó el dirigente, la producción frutihortícola de Mar del Plata mantiene una calidad inigualable gracias a las características de la tierra, el agua y el compromiso de los productores. Sin embargo, la caída de las ventas impacta directamente en la actividad. "Mucha producción no se pudo comercializar. El precio ha sido muy bajo y eso descapitalizó a los productores", afirmó.
Velimirovich detalló que una bolsa de papa llegó a pagarse $1.500 en el campo, cuando ese valor apenas cubre el costo del envase. "Los productores van a seguir siendo productores, pero disminuirán la superficie productiva o cambiarán de modelo para reducir costos. Es decir, se va a sembrar lo mismo, pero con menos inversión", advirtió.
Uno de los factores más preocupantes es la incertidumbre que genera el contexto económico y cambiario. "Nos toca replantear qué sembrar justo cuando sube el dólar. La decisión es si endeudarse en dólares o intentar conseguir crédito en pesos, algo que hoy casi no existe", explicó.
El impacto no es sólo local: tanto Mar del Plata como La Plata abastecen el 50% del mercado frutihortícola nacional. Por eso, una merma en la producción de ambas regiones podría provocar "baches" de abastecimiento, afectando especialmente al Mercado Central de Buenos Aires. "No es que no va a haber producción, pero sí momentos de escasez", dijo.
La mayoría de los productores locales son pequeñas unidades familiares. Velimirovich enfatizó que para muchos de ellos la reconversión es inviable: "Si no siembran, no tienen cómo vivir. No es una elección. La incertidumbre es total".
Además, cuestionó la falta de políticas públicas que acompañen al sector. "Nuestro país es autosustentable en producción frutihortícola durante todo el año. Eso no lo logran otros países. Y sin embargo, no se lo valora. No pedimos regalos, pedimos líneas de crédito para poder seguir sembrando sin endeudarnos", subrayó.
Finalmente, advirtió que si no se toman decisiones urgentes, la situación podría volverse insostenible: "No es fácil reemplazar las manos de los frutihortícolas. Hay que entender que lo que está en juego es la soberanía alimentaria y el empleo en las zonas rurales".
Las palabras de Velimirovich reflejan el drama silencioso de un sector esencial para la economía y el abastecimiento nacional, que pese a su enorme valor agregado, lucha a diario por sobrevivir frente a la indiferencia del mercado y del Estado.
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