Este fenómeno se debe a varios factores, entre ellos las fuertes lluvias y las condiciones climáticas adversas que afectaron los principales puntos de cosecha de lechuga en Argentina. Este faltante se hizo evidente primero en los mercados mayoristas y luego se reflejó en los precios al consumidor en supermercados y verdulerías.

El aumento en el costo de los cajones de lechuga ha llevado a un encarecimiento del producto en las góndolas y mostradores de verdulerías locales. Actualmente, el precio de la lechuga ha superado al del kilo de asado, generando sorpresa entre los consumidores.

Ricardo Milivirovich, un productor local, ha comentado la situación y ha instado a los comerciantes a reconsiderar sus precios para poder facilitar la venta del producto. La necesidad de ajustar los precios se vuelve evidente en un contexto donde la lechuga, una vez considerada una opción accesible, ahora se encuentra en una posición inesperadamente costosa para muchos consumidores.

Esta situación refleja las complejidades del mercado actual, donde factores como el clima y la oferta y demanda pueden tener un impacto significativo en los precios de los alimentos, incluso alterando las expectativas tradicionales sobre el costo de productos básicos como la lechuga y la carne. Los consumidores se enfrentan a nuevos desafíos para mantener una alimentación saludable y económica en medio de estos cambios inesperados en los precios de los alimentos.