Este aumento, denominado como "tarifazo", llega en un contexto económico recesivo, con una marcada caída en las ventas y la actividad económica en general. Esta situación limita la capacidad de los comerciantes para trasladar el aumento de costos a los precios de sus productos y servicios.

A pesar de que algunas facturas aún contienen porcentajes de subsidios según la fecha de medición del consumo, se espera un nuevo incremento en los valores de la electricidad a partir del 15 de marzo, lo que generará un impacto adicional en las próximas facturaciones.

Un sondeo realizado entre comercios, pymes y empresas de servicios reveló que las últimas facturas presentaron aumentos que oscilan entre el 100% y el 120%. Por ejemplo, una factura que inicialmente era de 950.000 pesos finalizó en 2.150.000, mientras que otra que era de 388.000 pesos se elevó a 778.000.

Según estimaciones de una empresa comercial e industrial, considerando los consumos reales del 2023 y aplicando las nuevas tarifas plenas, se proyecta un aumento promedio cercano al 500%.

El sector comercial es uno de los más afectados, con aumentos significativos que dificultan aún más su situación económica. Por ejemplo, en un local de venta de alimentos y artículos de limpieza, el aumento entre enero y febrero fue del 270%, a pesar de que el consumo en el segundo mes fue menor.

El representante local de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), Gustavo Casciotti, expresó su preocupación por el impacto devastador de estos aumentos en la ecuación económica de las pequeñas y medianas empresas. Considera que esta medida, además de despiadada, podría dejar a muchas actividades económicas sin posibilidad de continuar operando.

En conclusión, el aumento desmedido de las tarifas de luz representa un desafío significativo para los sectores productivos de la ciudad, exacerbando una situación económica ya delicada y generando incertidumbre sobre el futuro de muchas empresas locales.