Acoso en la red
Desde Grooming Argentina buscan cambiar la ley que contempla este delito ya que las penas "son iguales a las de alguien que emite un cheque sin fondos", cuando los efectos de sufrir este delito son mucho más profundos y permanentes.
20 de julio de 2021
"Las penas no son suficientes y tenemos una postura crítica respecto de la norma porque fue una buena intensión en aquel entonces, pero no alcanza a tutelar el bien jurídico de resguardar la integridad sexual de niños, niñas y adolescentes", explicó en diálogo con LU9 Hernán Navarro, presidente de Grooming Argentina, ONG contra el acoso sexual a niños y niñas por internet.
"El grooming tiene la misma escala penal que una persona que emite un cheque sin fondos o alguien que se casa ilegalmente. Hemos impulsado una nueva ley en el Senado de la Nación y esperamos se trate rápidamente porque es de vital importancia en este contexto de hiperconectividad por la pandemia. Hoy tenemos el panorama de un cazador cazando en un zoológico", ejemplificó.
El grooming es un delito en Argentina desde diciembre 2013 por la norma 26.904 que interviene en el Artículo 131 del Código Penal, donde se especifica que "el autor es siempre un adulto mayor de 18 y las víctimas son menores de 18, donde se da el acoso y abuso sexual sin contacto físico, porque el daño emocional que genera es similar al del abuso físico".
"Hay un fallo muy interesante en Córdoba que si bien no refiere a uno de grooming porque hablamos de adultos, da cuenta que podría haber un abuso sexual sin contacto físico a través de internet. Atentos a la recepción de denuncias que tenemos, hay una real similitud en el daño emocional", remarcó Navarro e instó a entender que "el ecosistema de internet es real. Hoy se habla de lo virtual como si fuera algo que queda flotando, algo aparente, cuando por el contrario, y en efecto, lo que ahí sucede genera impacto real en la vida de las personas, por eso hablamos de un mundo digital y no virtual".
Pidió a los padres comprender que "las víctimas no tienen culpa, han sido coaccionadas, manipuladas para llevar adelante los actos" y en ese sentido "asumir la contención, la escucha activa, cambiar el posicionamiento que hoy el mundo adulto tiene y es una falsa percepción de la seguridad en este aspecto. Piensan que por vivir en el mismo espacio físico los hijos están en reguardo cuando en realidad estamos con un enemigo que no vemos, porque ingresa por wifi, es intangible".
"Hay que enfrentarse a un cambio de paradigma, a un cambio de fondo no de forma. El mensaje es el de armonizar las miradas, ver cómo construimos una ciudadanía digital responsable, que tenga a los niños como protagonistas pero que nos podamos posicionar en el acompañamiento, donde la supervisión no tiene que ver con invadir la privacidad. Es un delito con muchos matices y nos debe encontrar más unidos que nunca en entender que la tecnología cumple un rol central en la vida de los chicos", aseguró.
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.